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miércoles, 7 de diciembre de 2011

Estaciones sin palabras


De mi madre había aprendido a ser puntual desde pequeña la movilidad particular de mi tío me llevaba al kinder 20 minutos antes, pasaba a saludar a mi tía, a mis primos, a veces veía las últimas noticias en la habitación de mis tíos y luego al sonar el timbre mi tía me llamaba para integrarme a la clase de la sección capullo, en la primaria la responsabilidad fue de mi hermana mayor, ella debía llegar temprano por ser brigadier y yo, que entraba media hora más tarde, me la pasaba viendo las mariposas que traían los stickers de mis cuadernos, ya en la secundaria solía llegar diez minutos antes del sonido de la campana, me daba el tiempo de acomodarme el uniforme y sobre todo los cabellos rebeldes, eso sí en los entrenamientos media hora antes, y es que amábamos jugar la ahora añorada 'Quinela' hasta que el entrenador sonaba el silbato y debíamos re-calentar.
En la universidad no fue diferente, llegaba a clase a cinco o diez minutos antes, me acomodaba en la carpeta delantera y claro que les sacaba ventaja a los compañeros tardones que dilataban sus llegadas diez, quince, veinte, treinta y hasta una hora, que desastre!. Claro que contaba con la ventaja de vivir a tres cuadras de la universidad. Pero en cuanto me mudé a una habitación sola, inició la lucha entre de mi 'deber' versus mi compulsividad matutina, y es que el hábito del baño y el vestido se volvieron tormentosos, y al Tiempo se le antojó no esperarme y correr sólo.
Mis mañanas eran maratónicas a veces salía con los cabellos chorreantes hacia la estación debía alcanzar el bus a las 07.23 para llegar al aula cinco minutos antes, sin embargo cada vez los minutos acompañantes a la séptima hora vespertina se hacían más y más grandes, y mi llegada más y más tarde.
Debo reconocer que a veces si lo hice con intención, sobre todo en aquellas asignaturas poco atractivas, para entonces la Biblioteca era un perfecto paliativo para el sentimiento post-tardanza, aaah pero a la clase de Carlitos, del Maestro Carlitos, y digo maestro porque aprendí de el incluso hasta el último día de su vida, jamás llegué tarde, aquí fue diferente, el profesor solía llegar temprano, para ello yo debía tomar la ducha de madrugada, dejar la ropa más sencilla que no requiera  planchar, para alcanzar el bus y sacarle el jugo a esos 20 minutos de sabia cháchara con el buen profesor.
Con el tiempo conseguí empleo no tan lejos de mi casa, debía tomar dos buses y algo de caminata, ahí sí que debía llegar temprano porque el castigo era económico, y no eran tiempos masoquistas los míos, el empleo terminó por sujetarme a una insoportable rutina así es que migré a otro, y así comenzó todo, todo digo porque mi compulsividad se hizo más y más intensa, mis emociones y estados fluctuaban tétricamente, entonces un buen día me decidí a llegar temprano, era en realidad el primer día de trabajo, alcancé el bus a las 07.33, no había lugar donde sentarme a leer mientras hacía ritmos con mis pies al son de alguna canción en el reproductor, cuando terminé por acomodarme en alguno de los pasamanos, el la siguiente estación subió él, sí era EL, camisa blanca, pantalones negros, suéter negro peinado sin peine, chino y con lentes, Me enamoré, lo vi aproximadamente tres segundos, luego fugué hacia el fondo del bus con la cara colorada y sonrisa tímida, el resto del viaje me encerré en el segundo cuento de García Márquez y volé.
Debía bajar en cierta estación para tomar otro bus que me conducía finalmente a mi lugar de trabajo pero con un trayecto más corto, casi automáticamente bajé y abordé el otro bus a pensar y había conseguido sentarme cuando apareció EL otra vez, lo veía de reojo y creo que el también a mí, era increíble pensaría que lo estaba siguiendo? o el me seguía a mi?, lo digo porque por segunda vez se bajó en la esquina que yo debía bajar, entonces no era momento de adelantar alguna conclusión quizás el estaba de pasada y el viaje fue una fugaz coincidencia.
Los encuentros en el bus se repitieron, sabía perfectamente a qué hora abordar el bus, dónde le gustaba sentarse, con qué mano se sujetaba, y esos labios, delgados sonreían de cuando en vez que conversaba por su teléfono, no quería pensar con quién conversaba ni de qué hablaba, solo pensaba en el movimiento de sus labios.
De repente las compulsiones mías desaparecieron y me extendieron la hora de ingreso, mi horario de salida se modificó y los encuentros en el bus se extinguieron.
Algunas veces lo encontraba comprando chocolates al igual que yo, cruzábamos miradas y para mí era el cielo, otras veces lo veía a la hora del almuerzo cruzando nuestras rutas, ojalá y algún día hubiésemos coincidido en almorzar en el mismo lugar, pero hoy, gracias a mi tardanza en la calle lo pude hallar, tenía un almuerzo a las 13 Hrs, y llegué tarde al lugar, caminé entonces cambiando la ruta alrededor fui en busca de plátanos y manzanas y al salir de la bodega cual infante mordisqueando la roja manzana, allí estaba EL cruzando la calle a mi encuentro y mientras me percataba de eso yo cruzaba hacia el otro lado, a salvo en la acera del frente lo vi, me vio, nos vimos sonrió y yo también me dijo hola entre labios y yo también, LEVITÉ, caminé lento lento esperando que me alcance me coja por la cintura y me susurre al oído alguna ternura, cuando en pleno vuelo mío un psicopatón vestido de negro aguardaba mi aterrizaje con una sonrisa, del susto frené mi paso, de un instante a otro me encontraba entre el infierno andante y amenazante metros adelante y mi amor de estación quizás almorzando sólo metros atrás.
Hoy es mi último día de trabajo en este lugar, mañana, la siguiente semana, el mes que viene no tengo porqué abordar el bus a las 07.33, quizás regrese a la compulsión o quizás me mude a la siguiente estación y por fin le pueda hablar.


lunes, 5 de diciembre de 2011


En acto unilateral e inconsulto
declaro hoy la independencia total de mi ser
De aquí en adelante
habitaré en el territorio libre de mi espíritu
y sentaré las bases para la construcción
de la República Separatista de la Existencia Digna
Libre al fin de toda opresión
no importa donde esté ni que nombre lleve
mi lucha y el sentido de mi vida
estarán en la liberación de los niños
la defensa implacable e inflexible de la naturaleza
y todo lo que existe en este mundo maravilloso
Anarquista y amante me declaro
por tanto no obedeceré a nadie
y no pediré ser obedecido
Mi cabeza inclino sólo ante la muerte
y el misterio infinito de la vida
Mi humildad será la del guerrero
nacida del respeto y el asombro ante la creación
ni más ni menos que todo lo que existe
No habrá poder humano que doblegue mis convicciones
y en mi vida no habrá espacio para las concesiones
salvo para aquellas dictadas por el corazón
y escritas con la mano de la ternura
A mis hijos acunaré con mis propios brazos
y cuando estén listos los dejaré partir
libres como pájaros
volando hacia su destino
Sólo ante Dios
decreto y reivindico
mi derecho a ocupar un lugar entre los misterios del Universo
y mientras las fuerzas incomprensibles que rigen mi destino
no determinen lo contrario
declaro que viviré mi vida con total intensidad
sin sujetarme al pensamiento ajeno
ni a las condicionantes de la sociedad
y el tiempo en que me haya tocado vivir
Asumiré mi destino cualquiera que éste sea
sin quejas ni renunciamientos
y aunque nunca lo logre
lucharé con todas mis fuerzas
por merecer y no desperdiciar
esta única e irrepetible oportunidad de estar vivo
Como sé que he de morir
cualquiera sea la forma de vida que elija
hoy con plena conciencia
decido vivir una vida con significado
sólo por placer no porque espere recompensa alguna
Desde hoy en adelante
sólo creeré en los actos de los hombres
y no en sus palabras
Mis enemigos son y serán
los que luchan por la muerte
aprisionan la imaginación
persiguen la belleza
acumulan riqueza
castigan a los niños
humillan a los desposeídosy pisotean la verdad
Sepan todos ellos que hoy
Ha comenzado la Revolución
Declaro que desde ahora
no me importará estar solo
y que únicamente aceptaré la compañía
de quienes amen la canción y el vino
vivan sin pedir permiso
y estén dispuestos a vivir por sus convicciones.
Por último decreto y asumo
mi derecho irrenunciable a existir
y elegir ser quien soy
libre al fin de las identidades heredadas
digo que mi hogar es el mundo
mi hermana la libertad
y que todas las noches
sin el más mínimo pudor hago el Amor
Así termino esta multitudinaria asamblea unipersonal
porque cada hombre que se libera redime a toda la humanidad
donde con absoluta irrespetuosidad
he decidido desobedecer a todos los poderes y autoridades
para convertirme en el único conductor de mi vida
Con toda la autoridad que emana de este acto
ante mí sello y firmo este compromiso

Alejandro Spangenberg
14 Agosto 1989 Año de la Serpiente

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