martes, 29 de septiembre de 2009
Es indispensable de mis días,
retornar a un lunes,
un lunes de marzo de algún año pasado,
de las lunas que habitaron.
Pulso de lunes por la tarde,
intercala agitados latidos y suaves susurros,
dibujando media luna en el sol.
Marzo que se aproxima cada mes,
cada año,
cada vez que la luna abandona al sol
para venir de prisa a mi habitación.
Tarde de gotas en el rostro,
de agua y desazón,
de labios inmutados ante la casualidad
de un espacio para dos.
Manos que hubieron de encontrarse
sin acuerdo del corazón,
como una sensación
al atrevezar la montaña
sensación de no ser uno,
razón de ser dos.
1 Comment:
-
- Anónimo said...
30 de septiembre de 2009, 20:15dame chance
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