Wayna Killa

[A Martha, por sus años y sus alfajores*]

Y tú me lo dices a mí, cuando he sido yo la que ha disfrutado de ti varios instantes, contadas noches de horas tardías, ahí en la calle, cerca al puente, en nuestro vecindario, en la avenida donde te conocí con mi rechazo y te reconocí gracias a tu dulzura, y vaya dulzura tuya para conquistar corazones con alfajores.

Tus últimas palabras de hace quince minutos me dibujaron una sonrisa entre las mejillas frías que contagiaron las tuyas a las mías...

Tus últimas palabras me llevaron a pensar en la muerte, la distancia y el recuerdo...

Fueron tres semanas, que bien que llevas la cuenta Marthita, tres semanas con sus noches sin vernos, sin encontrarnos en el paradero para conversar y sobre todo escucharte, acompañada de la fría brisa y de tus deliciosos alfajores.

Sinceramente te extrañé, te pensé y añoré tu rostro con sus suaves y aglomerados años, dibujé en el recuerdo las pocas memorias que conozco de tu blanca cabellera... Ay! Martha hasta mis

manos siempre frías, reclamaban las tuyas aún más frías.

Pero por qué la muerte ronda mis pensamientos sobre ti mujer del ayer, para ser sincera la primera vez que sentí tu rostro helado rozando el mío mientras apretaba tus manos también frías, creí que erás un ser de otro cielo, si no fuera por el brillo de tus ojos, tu sonrisa y tu tos, las que me convencieron que aún caminas como cualquier mortal, pero con cierto aire de ser alguien mucho más especial, como envuelta en alas de ángel...

- Hola amiga! venías a mí con una sonrisa

- Martha, cuánto tiempo sin verte! respondí abrazándote

- Si pues, tres semanas que no he venido

- Vaya si, relamente fueron tres semanas, que pasó Marthita?

- Estuve enferma, muy cerca a la muerte, me enfermé de los bronquios.

- Los bronquios; pero Marthita qué haces aqui congelandóte y aún delicada

- ..... el silencio se adelantó a su respuesta - y marta me dijo - No deseas mis alfajores?

- Hay Martha, hoy no, discúlpame no traigo suficiente dinero conmigo...

- Bueno no importa, yo te espero, aquí siempre estaré

- Claro Martha nos vemos mañana...

- Gracias a Dios que he disfrutado de ti siquiera por un instante.